Reunido con los participantes en la Asamblea General de Epa, una federación de asociaciones de padres, el Pontífice les insta a cuidar a sus hijos y al mismo tiempo «estimularlos para que maduren y sean autónomos», sin imponerles expectativas. Invita a «transmitir una formación positiva en afectividad y sexualidad», defendiéndolos de «amenazas» como el bullying, el alcohol, la pornografía, los videojuegos violentos, las drogas.