En un gesto sorpresivo antes del final de la Misa en el Steppe Arena de Ulán Bator, el Papa Francisco hizo que se acercaran el cardenal Tong Hon y el futuro purpurado Chow, pastor emérito y actual de Hong Kong: «Deseo al pueblo chino todo lo mejor y que progrese siempre». Y un llamamiento a los católicos: «Sean buenos cristianos». Unos doscientos peregrinos chinos viajaron a Mongolia para ver al Obispo de Roma: «Sus palabras refuerzan la unidad»