El Papa define a la Iglesia como “una gran familia” donde nadie debe estar al margen

Vaticano, 16 Feb. 23 (ACI Prensa).-
El Papa Francisco destacó hoy que en la Iglesia “nadie debe ser un mero espectador o, peor aún, estar al margen; todos deben sentirse parte activa de una gran familia”. 

Este jueves 16 de febrero, el Papa Francisco recibió en audiencia a los responsables del Servicio para la Promoción del Apoyo Económico a la Iglesia Católica de la Conferencia Episcopal Italiana. 

En su mensaje, dirigido a quienes participan en un congreso en Roma bajo el título “Tenían todas las cosas en común” (Hch 2,44), el Santo Padre expresó que “la fe en Cristo se traduce en vida y en opciones concretas, como la comunión de bienes, las donaciones de sus posesiones y la distribución de lo recaudado a los más necesitados”.

A continuación, explicó que la “revolución evangélica” comenzada por los Apóstoles “sigue presente e incisiva en la vida de la Iglesia y, a través de ella, en la sociedad”.

Además, señaló que esto ha inspirado “el actual sistema de apoyo económico a la Iglesia en Italia”.

Corresponsabilidad, participación y comunión

En este sentido, el Santo Padre habló de la corresponsabilidad, la participación y la comunión, tres elementos que a su juicio son necesarios para “construir una Iglesia más unida”.

Respecto a la corresponsabilidad, hizo notar que “en la Iglesia nadie debe ser un mero espectador o, peor aún, estar al margen; todos deben sentirse parte activa de una gran familia”. 

“La corresponsabilidad -explicó- es lo contrario de la indiferencia, así como del ‘sálvese quien pueda’; es el antídoto contra toda forma de discriminación, contra la tendencia a querer sobresalir a toda costa, a mirar sólo por uno mismo y no por los que nos rodean”. 

Para el Papa Francisco, este apoyo mutuo “significa amar, ser comunidad y compartir lo que se tiene, incluso los bienes materiales y el dinero, para que a nadie le falte el justo sustento”.

Respecto a la participación, el Pontífice manifestó que “hay que tomar la iniciativa, arriesgarse, caminar, encontrarse. Sólo así podrán crecer comunidades con rostro de madre y estilo de fraternidad efectiva, donde todos tengan un solo corazón y una sola alma”.

“No hay cristianos ‘A’ y ‘B’ -afirmó-, todos somos hijos del único Padre, hermanos y hermanas”.

Además, “sólo juntos, en la armonía de la diversidad, podemos dar testimonio de la belleza del amor que libera, que se da, que permite salir de las dinámicas negativas del egoísmo, de los conflictos, de las oposiciones”.

Por último, indicó que “si falta la comunión, se pierde la motivación y se alimenta la burocracia”.  

Siguiendo esta línea, subrayó que la corresponsabilidad, la participación y la comunión están íntimamente relacionadas con el camino sinodal que está llevando adelante la Iglesia. 

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