León XIV presidió la Misa con motivo del Jubileo de los Equipos Sinodales y Órganos de participación e instó a construir una Iglesia que no juzga como hace el fariseo con el publicano, sino que se convierte en un lugar acogedor para todos, una Iglesia “totalmente sinodal, totalmente ministerial, totalmente atraída por Cristo y dedicada al servicio del mundo”.