En un telegrama firmado por el cardenal Parolin y dirigido al arzobispo Fisher, expresa su cercanía espiritual a los afectados por la tragedia y pide a quienes se dejen tentar por la violencia que se conviertan y busquen el camino de la paz y la solidaridad. El Pontífice ofrece sus oraciones “por la sanación” de los heridos.