En el Ángelus en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Santo Padre Francisco señaló el asombro ante las obras de Dios y la fidelidad en las cosas simples, como las dos actitudes que permitieron a María mantener su corazón libre de pecado: «Que María Inmaculada – rezó el Papa – nos ayude a asombrarnos ante los dones de Dios y a responder a ellos con fiel generosidad cada día».