En su homilía durante la celebración eucarística en la Basílica Papal, el Cardenal Arcipreste Harvey reafirmó el tema central del Jubileo: una confianza capaz de navegar la historia sin caer en un optimismo ingenuo. Más allá de la costra de resignación, las limitaciones e imperfecciones humanas, la puerta de la misericordia permanece perpetuamente abierta, otorgando una libertad interior que ninguna prisión puede extinguir.