El arzobispo de Addis Abeba, Berhaneyesus Souraphiel, presente en los actos de Francisco en Juba: «El Señor escuchará la oración y las lágrimas de la gente. Los jóvenes, desplazados desde hace años, quieren una vida normal, una escuela normal, quieren jugar y pidieron al Papa que rezara por ellos: esto me conmovió mucho».