El Papa recibió al grupo Talità Kum de padres que han perdido un hijo. Quien vive una tragedia así, es el discurso leído por monseñor Ciampanelli, no puede aceptar «banales palabras religiosas o sentimentales, estériles ánimos o frases de circunstancia» y no puede poner el «silenciador al sufrimiento». Es necesario dirigirse al Señor con una oración que excave en el dolor y haga «llorar la pérdida», pero que «abra a recibir el consuelo y la paz interior que él nunca deja de dar»