Cada último domingo de enero se celebra un momento importante de cercanía a los afectados por la enfermedad de Hansen. En el Ángelus, Francisco denunció las graves violaciones de los derechos humanos causadas por la estigmatización de la enfermedad, que va en aumento en los países más pobres. «Ninguno en los márgenes», el lema de este año para recordar que nadie debe ser dejado atrás