Lima, 13 May. 23 (ACI Prensa).-
En el libro Memorias de la Hermana Lucía se narra la visión de la vidente de Fátima sobre el misterio de la Santísima Trinidad, donde la Virgen le indica que los que no han querido aceptar su petición de consagrar a Rusia a su Corazón se arrepentirán, como lo hizo un hombre muy poderoso.
“No han querido atender mi petición… Al igual que el rey de Francia, se arrepentirán, y la harán, pero ya será tarde. Rusia habrá esparcido ya sus errores por todo el mundo, provocando guerras, persecuciones a la Iglesia: el Santo Padre tendrá que sufrir mucho”, precisó la Madre de Dios.
La pregunta aquí es: ¿Quién era ese rey de Francia? De acuerdo a la explicación que se ofrece en el libro, se trataría de Luis XVI, el último monarca francés, quien murió ejecutado en plena Revolución Francesa. Ni él ni sus predecesores quisieron hacer caso a un pedido explícito del Corazón de Jesús.
Un año antes de morir, Santa Margarita María de Alacoque (1647-1690), vidente del Sagrado Corazón de Jesús, recibió un especial pedido de Cristo.
“Grabar el Sagrado Corazón de Jesús en las banderas reales; construir un templo en Su honor, donde debía recibir homenaje de la Corte; el Rey debía consagrarse al Sagrado Corazón; y debería servirse de su autoridad ante la Santa Sede para obtener una Misa en honor del Sagrado Corazón de Jesús”, indica el libro Memorias de la Hermana Lucía.
La santa buscó por diversos medios hacer llegar este mensaje al entonces Luis XIV, conocido como el “Rey Sol”, pero “nada se consiguió”. Se presume que el monarca no supo de esto.
Posteriormente, en 1792, durante la Revolución Francesa (1789-1799), Luis XVI, estando como prisionero, concibió “la idea de consagrarse al Corazón de Jesús”. Además, el rey prometió cumplir con todo lo que el Señor le había pedido cuando fuera liberado.
No obstante, “era ya demasiado tarde para la Providencia Divina: Luis XVI fue decapitado el 21 de enero de 1793”, puntualiza el libro.