Al margen de la Conferencia de la ONU en curso en Brasil, el obispo de Kaloocan lleva la voz de todos los filipinos que viven las dramáticas consecuencias del cambio climático. Al retomar la propuesta de la Earth Tariff para salvar la creación, sobre la cumbre comenta: “Es casi como Pentecostés. Venimos de distintos países, hablamos diferentes idiomas y, sin embargo, nos entendemos. Si realmente escuchamos el grito de la Tierra, todavía hay esperanza”