, 01 Jul. 23 (ACI Prensa).-
El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, bendijo en Italia la escultura “Dejar en libertad a los oprimidos”, elaborada por el artista Timothy Schmalz y en la que muestra a Santa Josefina Bakhita liberando a un grupo de personas.
La escultura fue inaugurada el 29 de junio frente a la iglesia San Francisco de Asís de Schio, con ocasión de la fiesta de San Pedro Apóstol, patrono de esta ciudad.
En una nota de prensa se informó que la obra “evoca la figura de Santa Josefina Bakhita con la intención de crear conciencia sobre el problema de la trata de personas”.
Durante su intervención, el Cardenal Parolin señaló que además de la esclavitud física que padecen las víctimas de la trata —representadas en la escultura—, muchas personas también pueden sentirse identificadas: “Porque creo que todos tenemos una esclavitud de la que liberarnos”.
“¿Y saben cuál es? Es encerrarnos en nosotros mismos. El individualismo que nos impide cuidar de los demás, como deberíamos (…). Sólo si nos liberamos de esta esclavitud seremos verdaderamente capaces de ayudar a los demás”, afirmó.
La escultura, de más de seis metros de largo, muestra a Santa Josefina abriendo la tapa de una alcantarilla de la que salen personas que representan las distintas formas de trata. Asimismo, la obra busca señalar que este problema existirá mientras sea siga siendo ocultado.
La vida de Santa Josefina Bakhita
Santa Josefina Bakhita nació en Sudán —se cree que en 1869—, y a los 6 o 7 años fue capturada por unos negreros árabes que la vendieron al primero de los varios amos que tendría a lo largo de su vida, siendo el cuarto de ellos un hombre extremadamente cruel.
En 1884 Josefina llegó a Italia acompañando al que fue su quinto amo y a un amigo de este, Augusto Michieli. Este último se convirtió en su nuevo “dueño” posteriormente y la llevó a vivir con su familia.
Bakhita trabajó de niñera en su nuevo hogar y se hizo muy amiga de la hija de la familia, Minnina. Recibió el Bautismo, la Primera Comunión y la Confirmación. Años más tarde, ambas ingresarían al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia. El 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad.
Siempre modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior. Bakhita falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, congregando a miles de personas durante sus funerales.