El Predicador de la Casa Pontificia pronunció el cuarto sermón de Cuaresma en presencia del Papa y de la Curia Romana: tener esperanza es como tener un ancla y una vela en la navegación de la vida, la primera ‘da seguridad a la barca y la mantiene firme en las olas del mar’, la segunda ‘es la que la hace moverse y avanzar’.