Al inaugurar, ayer, en Estambul, la reunión del Consejo Mundial de Religiones por la Paz, el Patriarca Ecuménico Ortodoxo se refirió al valor y la importancia del diálogo interreligioso en una época dominada por la economía y la tecnología: el ser humano tiene la dignidad de Dios, no es «un número en el balance de un acreedor invisible».