Redacción Central, 24 Ene. 23 (ACI Prensa).-
Los arzobispos de Myanmar hicieron un llamado a la paz y a la protección de los lugares de culto, después de que se llevaran a cabo una serie de ataques contra aldeas cristianas e iglesias católicas por parte de la Junta militar que controla el país asiático.
“Hacemos este apasionado llamado a la paz, instando a todos a emprender el peregrinaje de la paz”, indicó un comunicado firmado el 20 de enero por el Cardenal Charles Bo, Arzobispo de Yangon; Mons. Marco Tin Wan, Arzobispo de Mandalay; y Mons. Basilio Athai, Arzobispo de Taunggyi.
De acuerdo a los Prelados, en los últimos meses “han visto grandes amenazas a la sacralidad de la vida humana”, que se traducen en “vidas perdidas, desplazadas y hambrientas”.
“En un país bendecido con tantos grandes recursos, la destrucción de vidas es una tragedia desgarradora”, expresaron.
En su mensaje, también lamentaron que “cada vez más, los lugares de culto y los monasterios, donde las comunidades buscaban la paz y la reconciliación, están siendo atacados y masacrados”.
En el último ataque, el ejército que derrocó al gobierno civil en febrero de 2021 quemó la iglesia de la Asunción de la Arquidiócesis de Mandalay, el 15 de enero.
En ese ataque, los militares también incendiaron un convento centenario de las Hermanas Franciscanas.
“Los tratados internacionales como la Convención de La Haya exigen la protección de los lugares de culto, de aprendizaje y de sanación. Con dolor y angustia preguntamos por qué estos lugares sagrados son atacados y destruidos”, indica el mensaje de los arzobispos.
Los líderes de la Iglesia en Myanmar afirmaron que, “como nación, necesitamos sanar”.
“La curación llega a través de nuestro profundo sentido de interrelación. Los lugares de culto promueven esta interdependencia que conduce a la paz. Cuando son quemados sin piedad, volver a la normalidad se convierte en un gran reto”, señalaron.
Finalmente, suplicaron a todos los actores sociales involucrados a que se “callen todas las armas”.
“Hemos sufrido lo suficiente como pueblo. Acerquémonos a todos, como hermanos y hermanas, y comencemos la peregrinación sagrada de la paz, unidos como nación y como pueblo. La paz es posible, la paz es el único camino”, concluyeron.