En L’Osservatore Romano, la teóloga Adele Howard, de la Universidad Católica Australiana, comenta el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del 1 de enero: tras la masacre de mediados de diciembre en Sídney, el llamado a la vigilancia «contra el creciente intento de convertir incluso los pensamientos y las palabras en armas» es aún más oportuno.