En el Ángelus del último domingo del año, el Pontífice enfatizó que «el mundo, por desgracia, siempre tiene sus Herodes», con la consiguiente soledad, desesperación, división y conflicto. Al mencionar la huida de la familia de Nazaret a Egipto, recordó la fiesta de la Sagrada Familia que celebramos hoy. De allí la invitación a rezar por las familias que sufren por la guerra en el mundo.