En la solemnidad de la Natividad de Jesucristo se ha celebrado el rito de clausura de la Puerta Santa. El cardenal arcipreste instó a los fieles a abrirse a la escucha de la Palabra, a la acogida del prójimo y al perdón. La esperanza es una luz que debe traducirse en oración y atención a los pobres para ser una Iglesia “con el Evangelio en las manos y el hermano en el corazón”.