La Misión Permanente de Observación de la Santa Sede ante las Naciones Unidas mantiene su compromiso, incluso a través del cardenal Matteo Zuppi, con el retorno de los niños. También insta a la liberación de los prisioneros de guerra. En Nueva York, se aprobó una resolución que exige el retorno inmediato, seguro e incondicional de todos los menores ucranianos «que han sido trasladados o deportados por la fuerza».