Millares de personas recorrieron las calles de Belém, sede de la COP30, marchando por una de las ciudades más grandes de la Amazonía para gritar al mundo la necesidad de conversión, de cambio a todos los niveles.
Millares de personas recorrieron las calles de Belém, sede de la COP30, marchando por una de las ciudades más grandes de la Amazonía para gritar al mundo la necesidad de conversión, de cambio a todos los niveles.