El Pontífice expresó su solidaridad con las poblaciones de Centroamérica afectadas por las intensas lluvias que han provocado una catástrofe humanitaria: 80 muertos, decenas de desaparecidos, miles de viviendas e infraestructuras destruidas. A continuación, animó a rezar sin descanso por la paz en el mundo. Por último, saludó a las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús, que estos días celebran el 150 aniversario de su fundación.
