El domingo día 19, penúltimo domingo de octubre, celebramos el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), este año con el lema “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, en el marco del Año jubilar. Es el día en el que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones.
Es el domingo en el que miles de misioneros dejan sus zonas de confort para irse a miles de kilómetros de su lugar habitual, para llevar la fe y evangelizar. Entrevistamos al padre José, de los misioneros combonianos. Natural de Salobreña, ha estado muchos años como misionero en Perú y, actualmente, es formador del Escolasticado Internacional que los misioneros combonianos tienen en la diócesis de Granada.
¿Cómo celebran el DOMUND?
Lo celebramos animando al Pueblo de Dios a sentir también esta vocación misionera que todo bautizado tiene: la de anunciar a Jesucristo con la vida, con el testimonio. Ser testimonio de esperanza en medio de nuestro mundo, como el Papa Francisco en su Mensaje que nos ha dejado para este año, en el contexto del Año jubilar que estamos celebrando. Nos deja como eje la esperanza. Misioneros de esperanza por los caminos del mundo. Y lo celebramos de esta manera, animando al Pueblo de Dios y con la oración, pidiendo vocaciones para la misión.
¿Cómo podemos acompañar a los misioneros en la misión?
Somos 9.500 misioneros españoles repartidos por el mundo entero. Y hay que animar a estos misioneros con la oración, y con esta colaboración que se pide siempre el Día del DOMUND, para llevar adelante esta misión tan hermosa que es la del anuncio del Evangelio. Y concretamente, este año con el tema de la esperanza en un mundo tan herido. Entonces, sintiéndonos estos instrumentos de consuelo y acompañamiento en medio de la gente que tanto lo necesita.
En Granada, ¿hay previsto algún tipo de acto para prepararse o para festejar este DOMUND juntos?
Sí. Todas las parroquias ya han recogido su material en la Delegación de misiones, como todos los años. Y el tercer domingo están invitadas a celebrar el DOMUND en las respectivas parroquias, en toda la diócesis y en toda la Iglesia. Concretamente, ya el 1 de octubre se dio apertura en el monasterio de las Madres Carmelitas Descalzas, celebrando a Nuestra Patrona Santa Teresita del Niño Jesús. Y el día 18, en la víspera, en la parroquia Corpus Christi del Zaidín, habrá una vigilia de oración por las misiones, a las siete y media de la tarde. También mi invitación a todos para participar en esta vigilia misionera, que estará animada por nuestros estudiantes, nuestros teólogos, que nosotros les llamamos escolásticos, que están aquí en nuestra comunidad, en nuestra casa de formación que tenemos en Granada.
¿Qué misión realizan los misioneros combonianos en Granada?
Aparte de acompañar la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes y algunas capellanías, la misión fundamental ahora en Granada es acompañar a estos jóvenes que vienen de diferentes continentes, latinoamericanos, africanos y asiáticos. En total son 17 jóvenes que están terminando los estudios teológicos, ya son misioneros, ya tienen votos, ya son profesos y vienen a terminar aquí los cuatro últimos años de la Teología, dedicando el primer año, a los que no hablan español, que son la mayoría, a estudiar el español y, después, en la Facultad de Teología, a concluir sus estudios de Teología y acompañarles en este proceso formativo para la misión y ser testigo a la esperanza en medio de nuestro mundo. Entonces, somos de 12 nacionalidades. Yo soy el único español, y para más señas de Granada, de Salobreña, aunque he estado muchos años fuera de la tierra, del país. Y junto con otro compañero, también de República Centroafricana, el padre Dreyfus, acompañamos a estos jóvenes que se preparan. Y esta es nuestra misión principal ahora aquí en Granada.
Lo ha dicho usted, padre José, ha estado muchos años en tierra de misión fuera de nuestra ciudad y de nuestro país. Cuéntenos un poco de esa misión que ha llevado a cabo.
Pues, principalmente he estado 14 años en el Perú. Salí de España con 26 años. Allí terminé la Teología. Igual que estos jóvenes que están aquí, yo la terminé en Lima en los años 90. Regresando, fue don José Méndez que me ordenó sacerdote en mi pueblo, en Salobreña. Y de ahí fui enviado al Brasil. Allí estuve 10 años en una misión, en una gran favela, en un pueblo periférico del sur de Brasil, en el Paraná, y después otros cinco años en la selva amazónica. Allí fueron 10 años maravillosos, donde decimos que sí, que el misionero es misionero de esperanza. Pero es la gente sencilla, humilde, de las pequeñas comunidades, los que te comunican esta esperanza en medio de tantas dificultades, en medio de tanta oscuridad. Estas comunidades cristianas que van naciendo son como esta luz, esta esperanza que se va multiplicando.
Después de estos 10 años en el Brasil, estuve allí en Granada ocho años, también en la formación, pero eran postulantes. Otro año de estudio en Roma, y los diez últimos años que he vuelto del Perú. Y allí también ha sido una misión muy hermosa, principalmente en la periferia de la Gran Lima, en una parroquia grande, una parroquia que ya se ha dividido tres veces, porque los misioneros combonianos, cuando ya la parroquia está bien organizada, la dejan a la diócesis y continuamos en la zona que está más apartada, más necesitada, donde todavía no hay nada, comenzar de cero. Entonces, estuve en esta parroquia con un nombre muy hermoso, Cristo Misionero del Padre, que es el principal motivo de la esperanza Jesucristo, es la esperanza en persona.
Y esta parroquia, que tenía 13 pequeñas comunidades, de las cuales podrían salir como cuatro parroquias, es un barrio casi como Granada de grande, para que nos hagamos una idea, en aquellos cerros, en la periferia de Lima, concretamente allí, en San Genaro, que es donde teníamos la casa parroquial, la comunidad con una gran labor de evangelización y social.
“Somos 9.500 misioneros españoles repartidos por el mundo entero.
Y hay que animarles con la oración y colaborar”
Cómo es esa labor evangelizadora.
La fe y la vida siempre van unidos, el ayudar a las personas a salir de su pobreza, a salir de su miseria, a continuar luchando. Y yo decía, nuestra parroquia parece un ayuntamiento, tenemos abogados, tenemos psicólogos, tenemos centros sociales para ayudar a los ancianos, a los niños que están en riesgo de exclusión, ocho comedores populares, donde tanta gente tiene que venir a alimentarse, porque no hay otra posibilidad.
Es decir, allí es donde principalmente he podido estar. Y los combonianos tenemos misiones en el Perú, tanto en la costa como en las alturas, en los Andes, a 4.000 metros de altura, sobre el nivel del mar, y después bajamos hasta la selva, la selva peruana, también estamos allí presentes, en la costa, sobre todo en las grandes periferias, y los afrodescendientes, que también hay una ciudad donde principalmente la mayoría de los habitantes son afrodescendientes -porque el africano o el afrodescendiente es un poco nuestra misión herencia que nos dejó nuestro fundador, san Daniel Comboni-.
Junto con la animación misionera, también toda la prensa que tenemos de revistas y de libros para animar al Pueblo de Dios y continuar fortaleciéndose y creciendo, conociendo la realidad de la Iglesia misionera.
Cómo hacer nuestro el DOMUND de este año.
Este lema tan bonito, “Misioneros de esperanza por los caminos del mundo”, que lo seamos todos los bautizados en esta sociedad que también lo necesita, sabiendo que Cristo es el misionero por excelencia; que lo seguimos a Él como discípulos misioneros; que es la oración la que nos mantiene y es el encuentro con Él el que nos empuja y nos envía a dar la vida por completo en medio de los más pobres y los más abandonados, que no tienen todavía la alegría de conocer el Evangelio.
Paqui Pallarés
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