En el Ángelus tras la misa por el Jubileo de la Espiritualidad Mariana, el Papa anima a las partes implicadas en el proceso de paz en Oriente Medio a «seguir con valentía el camino trazado». Se muestra cercano al «dolor» de quienes lo han perdido todo con la guerra y lanza un llamamiento a la población ucraniana, afectada por brutales ataques: «Poner fin a la violencia, abrirse al diálogo». El Pontífice también tiene un pensamiento para Perú y las víctimas de accidentes laborales.