A las puertas de la capital ucraniana, los orioninos gestionan una estructura con la que ayudan a madres y niños a recuperar la esperanza en el futuro con juegos, amor y cercanía. Don Moreno Cattelan: «Es un oratorio que representa un lugar de contraste con el mal que nos rodea, con el miedo que nos atenaza. Los drones rusos no dejan de sobrevolar nuestras cabezas y atacan no solo las estructuras estratégicas, sino también las viviendas particulares».