Al recibir en Roma a los Obispos ordenados en el último año que participan en los dos cursos de formación en el Vaticano, León XIV recuerda los numerosos desafíos culturales y sociales que enfrentan los nuevos Obispos: la guerra y la violencia, el sufrimiento de los pobres, la aspiración a un mundo más fraterno y solidario, el valor de la vida. El Pontífice enfatiza la necesidad de traducir el servicio en un estilo de apostolado diverso y creativo, según la situación.