El vicario patriarcal greco-católico melquita para Egipto, Sudán y Sudán del Sur hace un llamamiento a la comunidad internacional para que se haga cargo de la ayuda a la población devastada por las lluvias y los derrumbamientos que han causado la muerte de más de mil personas y destruido un pueblo entero. Se debe iniciar «una cooperación humanitaria coordinada, pasando por una buena diplomacia» y dejando de lado las cuestiones políticas y militares.