Es una tragedia cuyas dimensiones aún no se conocen bien, que ha afectado al archipiélago de esta región de ultramar francesa situada en el Canal de Mozambique. Los vientos extremadamente fuertes, nunca vistos así en décadas, han arrasado pueblos y asentamientos. Se teme un alto número de víctimas, mientras los rescatistas intentan llegar a las zonas más afectadas. En los centros de acogida, ya comienzan a escasear el agua y la comida