El Papa Francisco explicó que la alegría que es fruto del Espíritu Santo “no sólo no está sujeta al inevitable desgaste del tiempo, sino que se multiplica al compartirla con los demás”.
El Papa Francisco explicó que la alegría que es fruto del Espíritu Santo “no sólo no está sujeta al inevitable desgaste del tiempo, sino que se multiplica al compartirla con los demás”.