En un telegrama al obispo de la ciudad estadounidense, escenario de un dramático tiroteo, Francisco asegura sus condolencias a todos los implicados y reza para que «el bien pueda surgir de un mal indescriptible».
En un telegrama al obispo de la ciudad estadounidense, escenario de un dramático tiroteo, Francisco asegura sus condolencias a todos los implicados y reza para que «el bien pueda surgir de un mal indescriptible».