Entre el Lacio y la Toscana hay una escuela de vela mediterránea, única en su género, porque imparte cursos integrados con alojamiento residencial. Durante siete días, sin teléfonos móviles, niños y jóvenes de 5 a 18 años, discapacitados y no discapacitados, emigrantes y no emigrantes, de distintos orígenes, culturas y confesiones religiosas, aprenden a superar el obstáculo de la diversidad.