El Papa preside la celebración en una iglesia moderna que custodia una historia antigua: el icono milagroso de la Virgen amamantando a su Hijo, que según la tradición fue traído de Tierra Santa por un ermitaño calabrés. Una tabla con una imagen muy dulce, conservada con amor en esta parroquia, hija y heredera de una iglesia más antigua suprimida, que se alzaba cerca de Porta Angelica