Una tragedia dentro de otra tragedia fue el terremoto que devastó la zona del norte del país el 6 de febrero. Más aún que en Turquía, donde se registró el mayor número de víctimas, el seísmo golpeó a una población ya en situación de extrema dificultad tras 12 años de guerra inacabada. Como signo de solidaridad, el secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, Baturi, se encuentra en Alepo, acompañado por el padre Firas, que describe así la situación: «Llevamos consuelo a la gente de rodillas»