Presidente del Episcopado señala que Colombia necesita salir de la cultura antivida

, 08 May. 23 (ACI Prensa).-
El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Luis José Rueda Aparicio, indicó que para alcanzar la paz el país “necesita salir de una cultura antivida que tiene” y que, al invadir el espacio político, familiar y social, dificulta su camino a la reconciliación.

En una reciente entrevista con Noticias Caracol, el también Arzobispo de Bogotá señaló que para llegar a la reconciliación los colombianos deben trabajar “varios signos”, entre ellos “que las relaciones entre nosotros no caigan en ese ambiente de deshumanización, de intolerancia, de agresividad, de polarización tóxica”.

El presidente de la CEC se refirió no sólo a la violencia ejercida por los grupos armados, sino también a la que sucede en la vida social, como los enfrentamientos entre los hinchas de los equipos deportivos, dentro de los hogares e incluso las agresiones verbales.

En ese sentido, Mons. Rueda añadió que la espiritualidad de la población, mayoritariamente católica, debe reflejarse en la vida social.

“La coherencia social tiene que basarse en la coherencia espiritual. Si estamos orando, que la oración nos lleve a nuevas actitudes” y no sea “una evasión de la realidad”, sino que esté llena de esperanza y ayude a la autocrítica para poder avanzar.

Es necesario complementar la oración con el compromiso personal y la acción, pues no es una especie de fórmula mágica que por sí misma “soluciona los problemas”, enfatizó.

Mons. Rueda Aparicio recordó asimismo que durante el encuentro que sostuvieron con el Papa Francisco —en el marco de su visita ad limina–-, el Santo Padre expresó su perplejidad de por qué un país tan católico como Colombia no ha logrado dar los pasos hacia la paz.

Por ello, insistió el Arzobispo de Bogotá, es necesario entre los colombianos “un acuerdo para superar todas las expresiones de violencia”. Para esto se requiere, primero, “reconocer que somos los responsables” de construir la paz en cada ámbito de la sociedad y, segundo, que es esencial “respetar la vida del ser humano”.

En ese sentido, se refirió a los recientes enfrentamientos en Jambaló (Cauca), entre el ELN y las disidencias de las FARC, que causaron la muerte de William Vargas, un miembro de la guardia indígena local que intentaba ayudar a la comunidad atrapada entre el fuego cruzado.

“La vida está subvalorada y lamento mucho lo que está pasando en Jambaló y en esta zona del Cauca (…). Necesitamos territorios donde se respete la vida”, señaló.

Mons. Rueda deploró que en Colombia se haya introducido una cultura según la cual “todo se soluciona con un arma y con eliminar al otro porque creemos que el otro es enemigo”, así como “la violencia simbólica de no reconocer los derechos del otro”.

El Arzobispo, quien indicó que el narcotráfico también ha permeado “toda la vida de los colombianos”, alentó a la población a no conformarse.

“Lo peor que nos pudiera pasar a nosotros es resignarnos a la violencia, resignarnos al narcotráfico y decir que no tenemos nada. Hoy le pido al Señor que nos dé creatividad, es decir, que seamos capaces de crear con nuestras manos, con nuestra inteligencia, caminos y situaciones sociales nuevas de vida y de paz”, expresó.

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