Papa Francisco advierte que el anuncio misionero no es proselitismo

Vaticano, 29 May. 23 (ACI Prensa).-
El Papa Francisco pidió hoy tener cuidado de distinguir la acción apostólica del proselitismo durante una audiencia a los Padres Barnabitas y contó una “mala experiencia” que le hizo enojar en el pasado sobre esta cuestión.

«Nuestro anuncio misionero no es proselitismo», afirmó el Papa Francisco en su discurso de este lunes, 29 de mayo, a los miembros del Instituto de Vida Consagrada, Clérigos Regulares de la Orden de San Pablo, conocidos como Padres Barnabitas.

En el Palacio Apostólico del Vaticano, el Pontífice saludó a los tres colegios integrados por sacerdotes, religiosas y laicos que siguen el carisma de San Antonio María Zaccaria, creador de la fiesta de “La Adoración de las 40 horas”, con motivo del 125 aniversario de su canonización.

El Pontífice constató que, en la experiencia del propio San Zaccaria, que fue un médico y sacerdote italiano, la base de la misión es «correr hacia Dios» y mantener «una fuerte relación con el Señor Jesús». Y explicó: “Sin esto, no tenemos nada que anunciar, ni un destino hacia el que caminar juntos”. 

Más tarde, el Pontífice contó que tuvo “una mala experiencia, en una reunión de jóvenes hace algunos años”. 

“Salí de la sacristía y había una señora, muy elegante, se veía también que era muy rica, con un chico y una chica. Y esta señora, que hablaba español, me dice: ‘Padre, estoy contenta porque he convertido a estos dos: éste es de tal sitio y ésta es de tal otro'», añadió. 

El Señor nunca hizo proselitismo

“Yo me enojé —continuó—, ¿saben?, y le dije: ’Tú no has convertido nada, le faltaste el respeto a estas personas: no las acompañaste, les hiciste proselitismo y eso no es evangelizar’. ¡Estaba orgullosa de que se hubieran convertido! Hay que tener cuidado de distinguir la acción apostólica del proselitismo: nosotros no hacemos proselitismo. El Señor nunca hizo proselitismo”. 

El Papa Francisco tomó como referencia “una expresión característica de San Antonio María para invitar a ser creativos en la Evangelización: “¡Hay que correr como locos! ¡Corran hacia Dios y hacia los demás!”.

De esta exhortación, típicamente paulina, el Pontífice destacó: “La relación con Cristo, el celo apostólico y el coraje creativo”.

Evitar los desiertos de la autorreferencialidad

“Correr hacia los demás”, afirmó el Papa, “es es fundamental”. En efecto, constató, “si perdemos de vista, en nuestra vida de fe, el horizonte del anuncio, acabamos encerrándonos en nosotros mismos” y en el “desierto de la autorreferencialidad”. 

“Nos sucede como a un atleta que sigue preparándose para la gran carrera de su vida sin empezar nunca: tarde o temprano acaba por deprimirse y empieza a dejar la carrera, su entusiasmo se apaga. Y así uno se convierte en un discípulo triste”, constató. 

Un cristiano triste es un cristiano triste

El Pontífice exhortó: “No queremos convertirnos en discípulos tristes”. Y preguntó al respecto: “¿ese gusano de la tristeza está dentro de mí? A veces en mí, religioso, laico, ¿dejo entrar ese gusano?”. 

Asimismo, recordó “que un cristiano triste es un cristiano triste”. “Pero en nosotros, consagrados, no debe entrar la tristeza, y si alguien siente esa tristeza, acuda inmediatamente ante el Señor y pida luz, y pida a algún hermano que le ayude a salir de ella”, añadió.

“Jesús pide a sus discípulos anunciar el ‘Evangelio a toda criatura’ (Mc 16, 15); y San Pablo lo sigue: ‘¡Ay de nosotros si no anunciamos a Cristo!’”, anotó. 

Salir al encuentro de tus hermanos y hermanas

Por eso, les animó a seguir adelante en la dirección indicada por su carisma: «Llevar el Espíritu vivo de Cristo a todas partes”, el cual “conquista el corazón” y es “el que no te hace estar sentado en tu sillón, sino que te hace salir al encuentro de tus hermanos y hermanas”. 

“San Antonio María tuvo este coraje, dando vida a instituciones nuevas para su tiempo” y, recordó el Papa Francisco: “Lo hizo dentro” de la Iglesia, “aceptando correcciones y recordatorios” y “preservando la comunión en la obediencia”.

Más tarde, indicó un último valor: “Actuar juntos. La comunión en la vida y en el apostolado es, en efecto, el primer testimonio que están ustedes llamados a dar, sobre todo en un mundo dividido por las luchas y el egoísmo”. 

“Queridos hermanos y hermanas: ‘¡Corran como locos, hacia Dios y los unos hacia los otros, juntos!’. Y que la Virgen, que fue de prisa a ayudar a Isabel, les acompañe. Les bendigo de corazón. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias”, concluyó.

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