Mons. Gil Tamayo, en el primer día del quinario en honor a Jesús Nazareno

Junto a los hermanos cofrades y otros fieles, presidió la Eucaristía, al término de la cual recibió la medalla de la Hermandad.

En este tiempo de Cuaresma, el arzobispo D. José María compartió la celebración de la Eucaristía en el primer día del solemne quinario en honor de Nuestro Padre Jesús Nazareno, celebrado el martes 28 de febrero en la iglesia de San José, del convento de las madres carmelitas descalzas.

A la Eucaristía asistió la Junta directiva de la Hermandad, junto a sus hermanos cofrades, así como la comunidad de madres mercedarias de la caridad y de los grupos jóvenes de las cofradías de la Entrada de Jesús en Jerusalén y Nuestra Señora de la Paz, de la Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de San Agustín, Jesús Nazareno de las Penas, Nuestra Madre y Señora de la Consolación y Santo Ángel Custodio y de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima de la Estrella, informó la Hermandad de Nuestro Padre Nazareno y María Santísima de la Merced.

El Evangelio del día fue san Mateo 6, 7-15 en el que Jesús enseña a hablar y orar a Dios con el Padrenuestro. Siguiendo esta enseñanza, en su predicación durante la homilía, D. José María invitaba a los fieles a leer diariamente el Evangelio y acudir cotidianamente a la Palabra de Dios para alimentarse de ella en la vida de fe. Y por ello y de igual modo, a ampliar el conocimiento de Dios, para conocerlo más y, por lo tanto, para amarlo más. “¿Qué sabes de Cristo? Tal vez en las letras de un twitter o nos hemos quedado con el conocimiento de Cristo de la Primera Comunión”, señaló. En este sentido, apeló a la necesaria formación para un cristiano. “La catequesis se quedó muy atrás, la formación se quedó muy atrás y ante los problemas, las dificultades y las contrariedades de la vida, qué dice esa persona, ese cristiano. Cómo se ilumina”, indicó. “¿Qué haría Jesús ante esta situación, ante esta dificultad, ante este problema?” es la pregunta que ofrecía a los fieles a hacerse para vivir conforme al designio de amor de Dios.

Por otra parte, recordó a los hermanos cofrades las dimensiones para vivir la fe cristiana: culto, caridad -“compromiso con los que están al lado en primer lugar- y catequesis –es decir, formación.

Al término de la Santa Misa, el arzobispo recibía la medalla de la Hermandad, haciéndole así miembro de esta Hermandad de Nuestro Padre Nazareno y María Santísima de la Merced. La Eucaristía concluyó con la oración ante la Sagrada Imagen de María Santísima de la Merced y posterior bendición.

La celebración del quinario en honor a su Titular continuará hasta el 4 de marzo, con la exposición del Santísimo Sacramento a las 20 horas, el rezo del Santo rosario, ejercicio del quinario, bendición del Santísimo Sacramento y Reserva. La Eucaristía es a las 20:45 horas.

Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social

 

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