Antes de rezar la oración del Ángelus en la plaza de San Pedro, el Pontífice recordó la «gran fiesta» a la que está destinada la humanidad, en contraste con los «dramas que la familia humana está sufriendo a causa de las injusticias y de las guerras». Dirigió su saludo a la delegación de la Iglesia de Inglaterra, llegada a Roma para la proclamación de San John Henry Newman como Doctor de la Iglesia y a los participantes en la «Carrera de los Santos».