, 02 Ene. 23 (ACI Prensa).-
Los obispos de Colombia indicaron que reciben “con esperanza” el anuncio del presidente Gustavo Petro sobre el cese al fuego con grupos armados, que rige desde el 1 de enero de este 2023 y se extenderá durante seis meses.
“Hemos acordado un cese bilateral con el ELN, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las AGC y las Autodefensas de la Sierra Nevada desde el 1 de enero hasta el 30 de junio de 2023, prorrogable según los avances en las negociaciones”, anunció Petro en su cuenta de Twitter el 31 de diciembre.
“La paz total será una realidad”, aseguró el mandatario colombiano y exguerrillero del M-19.
El ELN es la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional; la Segunda Marquetalia y el Estado Mayor Central son las disidencias de la guerrilla de las FARC; mientras que las AGC son las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, como también se conoce al Clan del Golfo.
Estos grupos armados son responsables de la violencia y el crimen organizado en distintos lugares del país.
En un segundo tuit ese mismo día, Petro dijo que “el cese bilateral de fuego obliga a las organizaciones armadas y al Estado a respetarlo. Habrá un mecanismo de verificación nacional e internacional. Que la paz sea entre nosotros. Feliz nuevo año”.
En un comunicado dado a conocer este 2 de enero, los obispos de Colombia afirman que la noticia “nos alienta a seguir caminando y acompañando todos los esfuerzos posibles y necesarios para avanzar hacia una paz duradera del amado pueblo colombiano en este nuevo año”.
Los prelados señalan luego que “aunque para algunas personas y sectores que viven en lugares en donde no se siente de manera directa el rigor de la presión del conflicto armado, el cese al fuego anunciado puede parecer algo innecesario e inconveniente”, sin embargo, “para quienes viven en los territorios con presencia significativa de estas estructuras armadas, es el comienzo de una vida nueva”.
“Confiamos en que la respuesta positiva de los grupos armados a este compromiso redundará en una drástica reducción de la violencia y el sufrimiento de las comunidades afectadas por el conflicto y la violencia”.
Asimismo hicieron votos para que “forje cimientos de confianza para avanzar de manera decidida en los diálogos en curso”.
Tras resaltar su disposición a acompañar “los esfuerzos orientados a poner fin a los conflictos y violencias en Colombia que siguen generando víctimas y pobreza”, los obispos destacaron la necesidad de “resolver el conflicto social para poder resolver de raíz el conflicto armado”.
“El cese al fuego progresivo es fundamental para la paz integral que necesita el país”, subrayaron.
“Jesucristo es nuestra paz. Él nos conceda el don de la reconciliación”, concluyeron.