¡Fiesta en el cielo! Conchita Barrecheguren es nueva beata española

, 06 May. 23 (ACI Prensa).-
La española Conchita Barrecheguren ha sido proclamada beata este sábado en una ceremonia celebrada en la Catedral de Granada. El vicepostulador de su causa, P. Francisco José Tejerizo, destaca que era “una cristiana del montón”.

La ceremonia ha sido oficiada por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Marcello Semeraro, con la participación de más de 2.500 fieles, entre los que se encontraba un centenar de familiares de la nueva beata. 

Nacida en Granada en 1905, María de la Concepción del Perpetuo Socorro Barrecheguren García fue bautizada en la parroquia del Sagrario de la Catedral de Granada el día de la Inmaculada. 

Vivió 21 años, cinco meses y 16 días, “tiempo más que suficiente para hacerse y construirse como mujer —como mujer cristiana–-, y para desarrollar sus cualidades”, expresa el P. Tejerizo en la biografía de la nueva beata difundida por el Arzobispado de Granada. 

Conchita cayó enferma de tuberculosis a la vuelta de una peregrinación a Lisieux en 1926. 

“El desarrollo de la enfermedad de Conchita y de los sufrimientos que la acompañan provocan la admiración de quienes la conocieron” por el modo en que la joven es capaz de hacer frente a sus padecimientos, relata el vicepostulador. 

“La fe de Conchita sabe descubrir que los planes de Dios no son los suyos, que tiene que aceptar que su vida y su modo de seguir a Jesucristo es el laical”, resume. 

En la nueva beata se dan dos elementos reforzados por el Concilio Vaticano II que tendría lugar años después: “La importancia de los laicos en la vida de la Iglesia y su participación, por el Bautismo, en el sacerdocio de Cristo”, subraya el vicepostulador. 

Para el P. Tejerizo, “la sencillez de Conchita y su ser cristiana del montón es un testimonio actual” y, lo extraordinario, “su vida ordinaria y común”.

Sin embargo, destaca dos peculiaridades: “Su modo de afrontar la cruz y su alejamiento del mundo y de todo lo que pudiera distraerla de su proceso de crecimiento espiritual”. 

Conchita falleció el 13 de mayo de 1927 y “no buscó ni vivió cosas llamativas. Simplemente fue cristiana”, porque con su fe respondió a su cotidianeidad. 

Su causa de canonización fue abierta en 1938, en plena Guerra Civil española, y concluyó en 1945. Pocos años después Pío XII permitió proseguir con el proceso al no encontrar nada censurable en sus escritos. 

En 1977, Roma solicitó que se realizara un proceso supletorio diocesano en el que comparecieron 23 testigos. 

Ya en 2016, se estudió en la Diócesis de Orihuela-Alicante la presunta curación milagrosa de una niña de 16 meses que había padecido un síndrome de shock tóxico con daño multiorgánico en el año 2014. 

El Papa Francisco decretó el reconocimiento de las virtudes heroicas de Conchita en 2020 y autorizó la publicación del decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de Conchita en 2022.

Su padre, camino de los altares

En 1937, diez años después de morir Conchita, falleció su madre, Concha García Calvo. Entonces, su padre, bautizado como Francisco, decide entrar a los 65 años como postulante de los Misioneros Redentoristas en Granada. 

Realizó su profesión religiosa en 1947 y fue ordenado sacerdote en Madrid dos años más tarde. Fue destinado a Granada, donde compaginó su labor pastoral con la gestión de la correspondencia relativa al proceso de canonización de su hija. 

Falleció en 1957 a los 76 años. Casi 40 años después, se inició su proceso de canonización. En la actualidad, el P. Francisco Barrecheguren es considerado Venerable por la Iglesia Católica.

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