, 10 Abr. 23 (ACI Prensa).-
Una ex feminista radical, que ahora trabaja como escritora católica en Estados Unidos, animó a vivir la Pascua de Resurrección “con los ojos” de Santa María Magdalena, una de sus santas favoritas.
En un artículo publicado el 9 de abril en el National Catholic Register, Lorraine Murray recordó la importancia del testimonio de María Magdalena, una de las mujeres que no dejó al Señor como los Apóstoles –a excepción de Juan– y que fue testigo de la crucifixión de Cristo.
Santa María Magdalena lleva ese nombre por ser originaria de “Magdala”, población que estaba situada en la orilla occidental del Mar de Galilea.
Siguió a Jesús hasta el Calvario y estuvo ante su cuerpo yacente. En la mañana del Domingo de Resurrección, fue la primera que vio a Cristo resucitado. Como consecuencia, la Iglesia reconoce su lugar relevante en la vida del Señor y de la primera comunidad cristiana, como queda evidenciado en las narraciones de los Evangelios.
“Como ella, tuve un pasado accidentado. En mis años universitarios le di la espalda a Dios y cometí demasiados pecados como para contarlos. Muchos demonios merodeaban en mi vida, lo que me llevó al ateísmo y al feminismo radical”, compartió.
Años después, cuando ya había cumplido más de cuarenta, la autora que también escribe en el diario católico The Georgia Bulletin de la Arquidiócesis de Atlanta vivió una experiencia profunda de conversión, como la tuvo María Magdalena.
Murray comenta que cuando lee un pasaje de los Evangelios que narra cómo María Magdalena corre a la tumba de Jesús y la encuentra vacía, “me imagino lo aterrador y perturbador que eso podría ser”.
“Me imagino manejando hasta el cementerio donde mi esposo está enterrado y descubrir que alguien ha abierto su tumba. Estaría fuera de mí y con miedo. Se nos dice que ella (la santa) lloraba, casi puedo escuchar sus sollozos profundos y desesperados”, prosigue.
Tras recordar que María “no se dio cuenta de que Jesús estaba cerca, contemplando su pena y esperando a consolarla”, Murray destaca que el Señor pronuncia el nombre de la santa y es sólo en ese momento que ella se da cuenta de que está en presencia “de su querido amigo y, por supuesto, quiere quedarse allí con Él”.
Entonces Jesús le da como “misión vital” anunciar a otros que ha visto al Señor.
“Ver la Pascua con los ojos de María Magdalena nos ayuda a experimentar el gran asombro y la alegría que surge de su encuentro con Jesús. Ver la Pascua a través de sus ojos nos recuerda que nosotros, un día, también nos encontraremos cara a cara con Él”.
La Pascua, que comienza el Domingo de Resurrección, marca este acontecimiento y dura 50 días, hasta la Solemnidad de Pentecostés.
Para concluir, Murray alienta a “rezar para experimentar el mismo asombro y alegría en la mañana de Pascua, cuando nos encontremos con Jesús en los jardines de nuestras almas”.
“Respondamos a esta pregunta simple: ¿A quién buscan?, con estas simples palabras: ‘¡A Ti, mi amado Señor Jesús!’”.