Este es el consejo del Papa Francisco para ser un buen maestro

Vaticano, 06 May. 23 (ACI Prensa).-
En la mañana de este sábado 6 de mayo, el Papa Francisco recibió en el Vaticano a los participantes en el primer Congreso Internacional de Tenis y Pádel, donde propuso un consejo para que los entrenadores puedan ser buenos maestros: encontrar un equilibrio entre el riesgo y la prudencia. 

En su discurso, dirigido a los jóvenes y educadores presentes en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre destacó la importancia de realizar en el deporte “una correcta dinámica de ataque y defensa”.

El Pontífice trasladó esta idea a la vida cotidiana y animó a los maestros a “vincular bien el riesgo y la prudencia”. Aseguró, además,  que “hay cualidades para el ataque y cualidades para la defensa y ambas deben ejercitarse”. 

“Un maestro que concentra toda su enseñanza en el ataque, o a la inversa, en la defensa, deja a su alumno ‘descubierto’ en el otro aspecto. Es interesante desarrollar esta comparación y encontrar las similitudes con la educación de la personalidad”, explicó el Santo Padre. 

Según indicó el Papa Francisco, un buen educador es aquel que sabe “dosificar bien el riesgo y la prudencia” y añadió que “el riesgo debe ser siempre proporcionado y acompañado”.

“El niño debe sentirse libre y al mismo tiempo no abandonado. Los padres o educadores que, para proteger al niño, le hacen evitar todo imprevisto, o le solucionan todos sus problemas, no le hacen crecer. Esto no es prudencia, es una mezcla de miedo a la realidad y egoísmo posesivo hacia el niño”, puntualizó.

Para el Santo Padre, la verdadera prudencia, como la buena defensa, “es una actitud siempre positiva, nunca negativa”.

“La prudencia en la educación es indispensable para evaluar bien las situaciones, en relación con las potencialidades del niño y de la niña”, subrayó. 

El Papa Francisco insistió en que el educador “debe entrenar en la resistencia, en no rendirse, en intentar responder a esos golpes que parecen invencibles y que, en cambio, con prontitud y agilidad, se pueden recuperar, de modo que el otro jugador quede desconcertado, porque no se lo esperaba”.  

A continuación, animó a los jugadores a tener presente que los deportes que practican son un juego y afirmó que “la competitividad es buena si no quita esta dimensión lúdica”. 

“Si, por el contrario, prevalece la dinámica de la competición, ésta desencadena diversas formas de egoísmo que acaban por estropear el deporte, de modo que ya no es educativo, sino todo lo contrario”, advirtió el Papa Francisco. 

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