En Semana Santa obispos argentinos instan a construir una Nación mejor

, 04 Abr. 23 (ACI Prensa).-
En el marco de la Semana Santa y ante la próxima celebración de la Pascua, los obispos de las Diócesis de la región Patagonia-Comahue (Argentina) enviaron un mensaje a los fieles.

En su carta, destacan la frase del Evangelio de Mateo: “Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).

Esas palabras, afirman, “nos siguen alentando y sosteniendo como en aquel momento a los discípulos” quienes “¡no perdieron la Esperanza!”.

Haciendo alusión a los 40 días de la Cuaresma y al simbolismo bíblico de la cifra, recuerdan los 40 días del diluvio, los 40 años de la marcha del pueblo judío por el desierto, los 40 días de Moisés en el Sinaí, del profeta Elías en la montaña del Horeb y de Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública. Igualmente fueron 40 días los que Jesús les dio pruebas de que estaba vivo y les habló del Reino.

En ese sentido plantean: “También para nosotros, como después del diluvio, este momento de nuestra historia ha de ser un tiempo nuevo y de recreación; un camino que nos haga salir de la esclavitud a la libertad como lo fue para el pueblo de Israel al salir de Egipto; un tiempo donde no falte el silencio, la oración y la reflexión como el que vivió Moisés; como Elías volver siempre a optar caminar con otros, juntos, para no caer en la frustración; con la luz que nos da el Señor no caer en las tentaciones del poder, tener y placer; y en este tiempo pascual, renovar nuestra alianza de comunión, confianza y amor con Jesús ‘el camino, la verdad y la vida’”.

En la misma línea, se refieren al 40° aniversario del restablecimiento de la democracia en Argentina, a lo que se suma “el derecho de un pueblo que este año se expresará en las elecciones”.

Enmarcados en esos acontecimientos, llaman a caminar en la esperanza de soñar con un “pueblo unido sin grietas”.

 Haciendo referencia a los 40 años de democracia, reconocen que “no han sido fáciles”, sino que han transitado por una serie de “tentaciones y oscuridades” como el pueblo que caminó por el desierto.

“Pero como ellos, sólo caminando juntos, escuchando más hondo al Dios que los guiaba llegaron a su tierra”, destacan.

“Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de nuestra esperanza, y no nos faltará su ayuda para cumplir la misión que nos encomienda. Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo”, aseguran.

Y exhortan a observar la “fuerza imparable” de la Resurrección, aun en medio de la oscuridad, de las “injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden”.

“Cada uno de nosotros, podemos ser protagonistas de una fuerza de vida. No nos dejemos robar la esperanza, ni tampoco nuestra historia, nuestras raíces y principios, nuestra cultura, nuestros bienes comunes”, exhortan.

“Que nos animemos a pasar del simple deseo de ser Nación, a construir la Nación que queremos. Y quienes acudamos a las urnas en este año, aspiremos a ser ciudadanos responsables de cumplir los propios deberes, al mismo tiempo que reclamamos los propios derechos”, señalan.

Los prelados admiten que hay mucho por construir y, ante este escenario, recuerdan que “la fe en el Señor Resucitado presente y vivo entre nosotros, no nos deja bajar los brazos”.

“Que María Auxiliadora, patrona de nuestra Patagonia, siempre cerca, que camina con nosotros, lucha con nosotros, nos ayude a comprender la fuerza del Amor de Dios”, concluyen.

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