El Papa solicita un compromiso concreto de caridad en la Jornada Mundial del Enfermo 2023

VATICANO, 09 Feb. 23 (ACI Prensa).-
Con ocasión de la próxima Jornada Mundial del Enfermo 2023, el Papa Francisco alentó a ser cercanos al sufrimiento de los enfermos y al “compromiso concreto en la caridad, para que ningún grito de dolor quede sin ser escuchado”.

Cada año la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo el 11 de febrero, fiesta litúrgica de la Virgen de Lourdes.

“En la fragilidad están cerca del corazón de Dios. Comprender la fragilidad, acariciar la fragilidad, reconfortar la fragilidad: este es el camino que debemos seguir”, dijo el Papa a una delegación de la pastoral sanitaria de la Diócesis de Roma.

Entre los presentes, se encontraron dirigentes sanitarios, algunos enfermos y futbolistas de la liga italiana del equipo Lazio.

En su discurso, el Santo Padre pidió a los enfermos rezar “para que crezca entre nosotros la cercanía a los que sufren y un compromiso concreto de caridad, y para que ningún grito de dolor quede sin ser escuchado”.

Además, el Papa recordó que el tema de la Jornada Mundial del Enfermo 2023 es “Cuida de él”. Frase que se encuentra en la recomendación del Buen Samaritano al posadero de la parábola relatada en el Evangelio de San Lucas.

Tres recomendaciones

En esta línea, el Santo Padre destacó tres recomendaciones importantes: acercarse a los que sufren; dar voz a los sufrimientos no escuchados; y convertirse en fermento comprometedor de caridad.

Al referirse a la cercanía a las personas que sufren, el Papa alentó a “ofrecer escucha, amor y acogida”.

Luego, el Santo Padre resaltó la importancia de “dar voz al sufrimiento no escuchado de quienes, en su enfermedad, se quedan solos, carecen de apoyo económico y moral, se exponen fácilmente a la desesperación y a la pérdida de fe, como puede ocurrir a quienes padecen fibromialgia y dolor crónico”.

Asimismo, el Santo Padre indicó que “convertirse en fermento de la caridad significa trabajar en red” y agregó que, de este modo, “el sufrimiento de uno se convierte en el sufrimiento de todos, y la contribución de cada uno es acogida por todos como una bendición”.

“Lancemos este desafío a nuestras ciudades, a veces desiertas de humanidad y sordas a la compasión”, invitó el Papa quien alentó también a no desanimarse y aseguró su oración por este compromiso pastoral.

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