Al término del Ángelus, el Papa agradece a quienes se esfuerzan por construir la paz en los países que viven crecientes hostilidades. A continuación, dirige un pensamiento a Filipinas, afectada por el tifón Fung-wong, y hace suyo el mensaje de la CEI para el Día de Acción de Gracias, animando a cuidar la tierra y a combatir el desperdicio de alimentos.