“Una celebración que no evangeliza no es auténtica”, por eso, considerar los progresos y aspectos que deben corregirse, proponer una liturgia que pueda ser imitada, ayudar a redescubrir la belleza de la liturgia y redescubrir y valorar el silencio, fueron algunas de las indicaciones que el Papa Francisco ofreció a los participantes al curso para responsables diocesanos de celebraciones litúrgicas, a quienes recibió este 20 de enero en el Vaticano.