El destacado papel del Papa Benedicto XVI en la interpretación del Concilio Vaticano II

Redacción Central, 06 Ene. 23 (ACI Prensa).-
Mons. Thomas G. Guarino, profesor emérito de teología sistemática en Seton Hall University, ha señalado que, de sus muchos logros teológicos, la contribución más notable del Papa Benedicto XVI fue su papel en la interpretación y recepción del Concilio Vaticano II

“Desde el momento en que fue nombrado prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1981, hasta su renuncia a la Cátedra de San Pedro en 2013, Joseph Ratzinger desempeñó un papel destacado en la interpretación de ese sínodo extraordinario”, destacó Mons. Guarino en una reciente columna de opinión publicada por First Things.

El Papa San Juan XXIII abrió el Concilio Vaticano II el 11 de octubre de 1962, y fue cerrado el 8 de diciembre de 1965 por Pablo VI.

Lo que sucedió en las sesiones realizadas en el Vaticano dio como resultado cuatro constituciones, así como muchos otros textos, importantes para la Iglesia Católica actual.

“Durante más de 30 años, Ratzinger emitió decenas de documentos relacionados directamente con la recepción del Vaticano II”, detalló Mons. Guarino.

Entre esos textos, explica, se “encuentra su poderosa Conferencia de Ratisbona de 2006”, que “defiende la complementariedad de la fe y la razón”.

“La conferencia fue una advertencia contundente tanto para un mundo islámico intolerante como para uno secular del Atlántico Norte. Solo un equilibrio adecuado entre la fe y la razón podría evitar que las sociedades civiles caigan en una peligrosa unilateralidad, que inevitablemente conducirá a resultados nocivos”, escribió.

Otras “cuidadosas reflexiones” de Benedicto, sostuvo Mons. Guarino, trataban de “los distintos órdenes de la naturaleza y la gracia”.

“El Papa afirmó consistentemente que el orden secular tiene una autonomía legítima; esta autonomía, sin embargo, nunca puede abreviar o extirpar la dimensión sacra y trascendente de la humanidad”.

“Cuando el estado no reconoce la profunda relación del hombre con Dios, entonces el ‘laicismo saludable’ se convierte en una antropología venenosa y distorsionada”, explicó.

Mons. Guarino señaló que Benedicto XVI también “abordó los deberes morales que incumben a las sociedades civiles” en sus discursos en el Westminster Hall de Londres (2010) y en el edificio del Reichstag en Berlín (2011).

“Ofreció obras maestras menores del razonamiento de la ley natural”, enfatizó.

“En ninguno de estos discursos Benedicto menciona el aborto o el suicidio asistido o el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero deja en claro que las cuestiones morales decisivas no pueden decidirse por mayoría de votos”, añadió.

El experto en teología también recuerda que el 14 de febrero de 2013, apenas dos semanas antes de su retiro, Benedicto ofreció al clero de Roma “sus maduros pensamientos sobre los logros del Concilio”.

Según Mons. Guarino, en uno de los últimos discursos extensos como Papa, entre otras cosas, Benedicto XVI “elogió el cambio de última hora de Pablo VI a la Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación (Dei Verbum)”.

“Deseoso de defender la importancia crucial de la tradición, el Papa insistió en agregar una frase a Dei Verbum indicando que la Iglesia no extrae su certeza sobre la revelación divina solo de la Escritura”, explicó.

“Mientras que algunos han criticado a Pablo VI, Ratzinger lo alaba por haber pedido al Concilio que enseñara explícitamente que la Palabra de Dios también se nutre de la sólida tradición de la Iglesia”, concluyó Mons. Guarino.

En octubre de 2022, el Papa Benedicto XVI escribió una carta en la que señala que el Concilio Vaticano II no fue solo “significativo sino necesario” para la Iglesia.

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