¿Cómo se celebró la primera Navidad en el espacio?

Redacción Central, 27 Dic. 22 (ACI Prensa).-
Mientras orbitaban la Luna en 1968, los tripulantes del programa espacial Apolo 8 de los Estados Unidos compartieron un mensaje cristiano de Navidad, que llegó a una audiencia de cientos de millones de personas.

Aquel año, el comandante Frank Borman y los pilotos James Lovell y William Anders fueron las primeras personas en salir de la órbita terrestre, en ver el lado oculto de la Luna y el amanecer de la Tierra.

El hermano jesuita Guy Consolmagno, director del Observatorio del Vaticano, le dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que, a los 16 años, recuerda haber visto despegar a los cosmonautas de la NASA viendo la televisión rodeado de amigos y familiares.

El astrónomo también recuerda que escuchó a los astronautas leer un pasaje de la Biblia, una decisión que consideró inesperada y conmovedora.

Más de cinco décadas después, a Consolmagno todavía le encanta hablar de este episodio de la historia, ya que lo ayudó a encaminarlo como católico y un reconocido científico.

La primera Navidad en el espacio fue “gratificante, algo que nunca hubiera imaginado”, compartió.

En Nochebuena, la misión tripulada Apolo 8 alcanzó la órbita lunar.

La nave espacial tenía una cámara de televisión a bordo, y los hombres enviaron un total de seis transmisiones, la última de las cuales fue durante el horario de máxima audiencia. Es esta emisión la que Consolmagno recuerda con tanta claridad.

Para la transmisión de Nochebuena, la NASA no les había dado a los hombres ninguna instrucción específica sobre lo que debían decir, solo que dijeran algo “apropiado”.

Los astronautas eligieron el pasaje de Génesis 1,1-10 debido a su importancia no solo para los cristianos, sino también para muchas de las principales religiones. El texto comienza así: “En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra”.

Consolmagno dijo que la elección de ese pasaje particular de las Sagradas Escrituras fue inesperada, pero que le dejó una impresión duradera.

“Hubiera esperado un Salmo sobre cómo los cielos proclaman la gloria de Dios, pero, en cambio, haber elegido esa lectura en particular fue un acto de genialidad en el que nunca hubiera pensado”, reflexionó.

“Escuchar la historia de Génesis leída de esa forma, de esa manera tan respetuosa, fue gratificante, algo que nunca hubiera imaginado”, agregó.

En la mañana de Navidad, los astronautas se dirigieron a casa.

Unos días después, su nave espacial aterrizó en el Océano Pacífico y un portaaviones los recogió. Pasaron la primera Navidad en el espacio y llegaron a casa, sanos y salvos, a tiempo para recibir el año nuevo de 1969.

Estados Unidos lanzó el programa Apolo en 1961 en respuesta al desafío del presidente John F. Kennedy de poner un hombre en la luna para fines de la década.

En medio de la Guerra Fría, la Unión Soviética avanzó a pasos agigantados en su propio programa espacial, y se rumoreaba que llegaría a la Luna antes que Estados Unidos. La NASA impulsó su programa a toda velocidad.

La misión sobre la que descansaban las aspiraciones lunares de Estados Unidos, el Apolo 8, era ambiciosa. El cohete que planeaban usar nunca antes había llevado una tripulación, y una misión de prueba no tripulada reciente, el Apolo 6, había fallado.

La misión fue un logro asombroso que emocionó al mundo, ya que la posibilidad de tocar y atravesar la superficie lunar se hizo aún más real. Y para julio de 1969, los astronautas del Apolo 11 harían precisamente eso.

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.

 

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