Casa diocesana de la familia, un espacio para “encontrar y hacer crecer la familia en Granada”

Entrevista a su Responsable, D. Antonio Luis Martín, nombrado por nuestro arzobispo D. Javier Martínez para esta responsabilidad. D. Antonio Luis, que es también Consiliario de Pastoral Familiar, nos habla sobre la Casa de la familia, ubicada en la calle Gracia, 48 y a la que alude como “una riqueza para toda la Diócesis”, y el trabajo actual y futuro de esta Delegación.

– Qué es la Casa diocesana de la familia. De qué se trata.
Es una riqueza para toda la diócesis. Se trata de poder poner un espacio, adecuado y digno, para poder atender todas las realidades familiares que hay en nuestra diócesis, tanto los proyectos que tiene la Delegación como ese espacio abierto a todas las parroquias, movimientos, realidades eclesiales, para que se puedan encontrar y hacer crecer la familia en Granada también.

– Cuánto tiempo lleváis con este proyecto.
Casi desde que comenzó la pandemia. Nos pilló la pandemia y nos tuvimos que parar ahí. Casi tres años. Encontramos ideas y tanto D. Javier como nosotros vimos la necesidad de buscar un lugar adecuado para estar ubicada, tener un sitio físico donde poder atender a las personas, puesto que estábamos dispersos en distintos lugares. Y en esos tres años y pico se han dado los pasos; la búsqueda de un arquitecto, un proyecto de obra, una empresa, la adecuación de obra real y ya estamos acabando, falta la colocación del mobiliario y poco más.

– ¿Hay otras casas diocesanas de la familia en otros lugares?
En algunos lugares, no en la mayoría. Físicamente no hemos visitado ningún sitio donde sea Casa diocesana de la familia.

– Como Responsable de la Casa diocesana de la familia, cuáles van a ser tus cometidos.
La cuestión de la responsabilidad ha llegado como caída del Cielo, en el sentido que D. Javier dijo “que la Casa tenga una atención continua y haya una gestión lo más adecuada posible. Mi trabajo será en comunión y en trabajo común con la secretaria, Ruth Castellano, y de manera directa con los Delegados, César y Sole. El cometido físico de la Casa es que haya una organización donde todos los espacios estén disponibles, abiertos; donde poder cubrir cuantas necesidades surjan; poder poner un poco de orden, en el sentido de darle a todos los espacios una posibilidad de ser ofrecidos a cualquier realidad que se nos presente.

– El trabajo de la Pastoral Familiar ha ido creciendo en estos últimos años. Cuáles son los proyectos en los que especialmente estáis volcados desde la Pastoral.
No trabajamos solos. Todos los movimientos familiaristas de la Diócesis participan de ella. Nos ofrecen sus actividades y nosotros les ofrecemos las que tenemos. Hacemos celebraciones o cuestiones juntos. Partiendo de ahí, después, cuantas parroquias nos han pedido ayuda o colaboración lo hemos hecho en todos los arciprestazgos que así nos lo han solicitado. Y como proyectos concretos dentro de la Delegación, el más antiguo es Proyecto Raquel, que se creó hace unos siete años, para la atención de personas, tanto hombres como mujeres, que vivieron un aborto provocado en un momento de su vida. A continuación, vino Proyecto Ángel, que es para la atención de embarazadas que tienen dificultades ya sean familiares, ya sean laborales, ya sea de inserción y se les apoya en todo momento. También el “Curso amor humano”, que ya vamos por la tercera promoción; la gestión de todos los cursos prematrimoniales de la Diócesis, cómo gestionarlos y ofrecerlos a todas las parroquias, lo mismo que ellos lo ofrecen a la Delegación. Y ahora, lo último que, de alguna manera, hemos hecho más hincapié ha sido con la propuesta del Papa Francisco que ha hecho sobre la apuesta del matrimonio. El año pasado, en la semana del matrimonio, se vivió con intensidad aquí en la Diócesis y este año también se quiere vivir. Y lo que está por salir en estos momentos es una colaboración con la Delegación de Pastoral de salud en un proyecto que es para “escuchar en el duelo”. Lo estamos haciendo en conjunto, porque la Delegación de Pastoral de salud está teniendo bastante demanda sobre esa temática. Es una riqueza. Hay unas 28 personas que se están terminando de formar y preparar aquí en Granada para ofrecer un espacio de escucha a cuantas personas necesiten una ayuda en un duelo, sea de lo que sea.

– En el contexto en el que vivimos, cuáles son los retos inmediatos que sentís tenéis en la Pastoral Familiar.
Retos realmente hay bastantes. Lo que ocurre es que a nosotros nunca nos gusta ir por delante, hacer propuestas nosotros porque se nos vengan a la cabeza. Lo que hacemos es dar respuesta a necesidades que nos van llegando. Hay necesidades que nos han llegado y aún no hemos podido dar respuesta. Por ejemplo, los matrimonios que, en algún momento de su vida, se rompieron: se divorciaron o se separaron. Hay personas que quieren seguir viviendo su fe como un matrimonio, porque eso no significa que no lo sean. Ese tema lo tenemos pendiente. Nos hemos visto con distintas realidades que están trabajando eso, nos ha parecido bien y le estamos dando vueltas, porque también es algo que siempre compartimos con el arzobispo. También tenemos el tema de la educación en la afectividad. En la diócesis ya está implantado el Teen Star. Cómo poder enfocar bien una vida desde la afectividad. Para eso también queremos seguir generando cultura de un amor verdadero y vamos también haciendo algunas actividades. Y también la atención a los ancianos, que viven en casas y que no viven en casas; los abuelos que tienen familia y los abuelos que no tienen familia. De alguna manera, cómo poder volcarnos y tender una mano a esa realidad, que quizás sea más un trabajo con las residencias y las familias que quieran. No sabemos aún bien cómo, pero esa llamada la tenemos ahí.

– Un último mensaje…
Quiero dar las gracias a todas las personas que han colaborado económicamente y con su esfuerzo para que ya esto sea hoy una realidad. El obispado, desde el primer momento, apostó por esta realidad, y lo ha hecho incluso económicamente. Pero también han sido más de 125 familias se hicieron socios y han ido colaborando mensualmente. Y también decir que cerca de 28-30 parroquias también se sumaron a colaborar con esta realidad diocesana, para que fuese un bien para toda la Diócesis de Granada. Gracias a todos de corazón, en nombre de la Delegación de Pastoral Familiar.

Paqui Pallarés
Delegada de Medios de Comunicación Social

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