Además de un excelente teólogo, Joseph Ratzinger fue también un gran comunicador, capaz de utilizar distintos lenguajes y modalidades y de afrontar el desafío de las redes sociales con valentía y creatividad. Desde las homilías hasta los tweets, Benedicto XVI situó el tema de la razonabilidad de la fe en Jesucristo en el centro de su comunicación. Y como Papa emérito se comunicaba a través del silencio y la oración, formas de expresión distintas, pero no por ello menos eficaces.