Arzobispo celebró la Navidad con mujeres presas en Chile

, 26 Dic. 22 (ACI Prensa).-
El Arzobispo de Santiago (Chile), Cardenal Celestino Aós, celebró el 24 de diciembre la Misa de Nochebuena en el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, y recordó a las mujeres presas que “todo es oportunidad para amar, perdonar y hacer el bien”.

La celebración tuvo lugar en la capilla de la unidad penitenciaria y contó con la presencia de la ministra de Justicia, Marcela Ríos; el subsecretario, Jaime Gajardo; el director nacional de Gendarmería, Sebastián Urra; y la hermana Nelly León, encargada de la pastoral carcelaria en el lugar.

La Misa comenzó con una escenificación del momento en que María y José buscaban un sitio para dormir. Luego, durante el Gloria, ingresó la imagen del Niño Jesús, que fue ubicado en el pesebre.

En su homilía, el Cardenal Aós destacó que a ese matrimonio pobre le fue negada la acogida en Belén. “No había lugar para ese Niño; ni lugar físico, ni lugar en el tiempo que requería, ni lugar en los afectos, ni lugar en la teología religiosa, ni lugar en la vida”, enumeró. “Simplemente, ¡no había lugar para Jesús!”.

El Purpurado recordó que “no hay cruz sin Navidad, pero tampoco entenderemos la Navidad sin la cruz”.

“En Jesús, Dios ha dicho su última y definitiva palabra: ¿qué nos dicen la cruz y la resurrección? A ti, persona humana, Yo te amo; escúchenme bien: ‘a ti, Yo te amo’”, subrayó.

En ese sentido, aclaró: “No amó solo a la Virgen, tan santa y buena; ni solo a San Francisco de Asís o San Alberto Hurtado o Santa Teresa de los Andes”.

“A ti con tus miedos y con tus rabias, con tus cualidades y con tus pecados y maldades, a ti yo, Dios, te amo”, insistió.

El Cardenal se refirió luego a la libertad, que “se aprende y se ejercita”, y advirtió que “no consiste en hacer lo que me da la gana, sino en hacer lo que es bueno, lo que es virtuoso”.

“Todo es oportunidad para amar, perdonar y hacer el bien”, aseguró. Por eso, animó a ver la cárcel “como oportunidad de crecer en libertad”.

“Estamos aquí, en la cárcel, y al mirar al futuro no siempre tenemos libertad a corto plazo. El tiempo que vamos a estar puede ser una esclavitud mayor o una oportunidad para aprender y crecer en libertad. Debes salir mejor que antes”, exhortó.

“Es el Jesús del pesebre, el recién nacido de la Virgen, a quien adoramos y cantamos; el que tiene pleno poder en el cielo y en la tierra, el que con misericordia acoge la súplica del delincuente que agoniza crucificado a su lado, del buen ladrón: te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso”, citó.

“No te asustes si hay tropiezos o caídas, ¡levántate! No creas que tú tienes que hacer y lo puedes hacer todo: tú haz tu parte… Juntos nos regalamos libertad. Alégrate: por ti Dios se encarnó, por ti nació en Belén, por tu amor murió en la cruz, por ti resucitó”, sostuvo.

El Arzobispo finalizó su mensaje destacando que cuanto más libres somos, mejores personas somos, pidiendo “a Jesús y a la Virgen santísima que, en esta Navidad, aprendamos a amar; y que nuestros familiares nos amen y nosotros podamos amarlos a ellos”.

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